Por Violeta Contreras García
(dpl news) Desde el lunes 14 de abril, en un tribunal de Washington, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y Meta se enfrentan en un juicio que podría marcar un parteaguas en la regulación de las Big Tech.
La FTC acusa a Meta de haber adquirido Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014 con el fin de eliminar a competidores emergentes y consolidar un monopolio en el mercado de redes sociales.
Mientras tanto, Meta sostiene que estas adquisiciones fueron inversiones legítimas que beneficiaron a los usuarios, y que en realidad mejoraron la competencia e innovación en este sector que ha crecido de manera dinámica.
Si la FTC demuestra que Meta incurrió en prácticas monopólicas con estas transacciones, podría obligar a la Big Tech a desprenderse de Instagram y WhatsApp.
El caso se centra en determinar si estas compras fueron estrategias anticompetitivas orquestadas por la empresa de Mark Zuckerberg o movimientos empresariales válidos. Para el regulador antimonopolio, Meta utilizó su poder adquisitivo para neutralizar amenazas potenciales en lugar de competir directamente.
Meta, en cambio, argumenta que el mercado de redes sociales es dinámico y que enfrenta una fuerte competencia de plataformas como TikTok, YouTube, X (anteriormente Twitter) y LinkedIn, lo que diluye las acusaciones de monopolio.
Según Meta, su participación de mercado es inferior al 30 por ciento, y, en realidad, los usuarios pasan más tiempo en TikTok y YouTube que en Facebook o Instagram. La FTC sostiene que su cuota real es del 78 por ciento.
Durante el transcurso de esta semana, el juicio ha revelado detalles internos de Meta. Uno de ellos es una discusión de 2018 en la que Mark Zuckerberg consideró la posibilidad de separar Instagram debido a presiones antimonopolio.
Además, se han presentado correos electrónicos que sugieren que Meta adquirió Instagram y WhatsApp para eliminar competidores potenciales.
En correos internos con el entonces director financiero de Meta, David Ebersman, Zuckerberg escribió que el plan sería comprar Instagram y luego incorporar la dinámica social de esta red en sus propios productos.
Sin embargo, al ser interrogado sobre este intercambio 13 años después en el tribunal, Mark Zuckerberg negó que este mensaje se refiriera a que la adquisición de Instagram tenía como objetivo principal absorber una amenaza competitiva, como sostiene la FTC.
¿Qué podría cambiar para las Big Tech?
El desenlace de este juicio podría sentar un precedente en la regulación de las grandes plataformas tecnológicas. Meta podría verse obligada a vender Instagram y WhatsApp, lo que alteraría significativamente su estructura y operaciones.
No obstante, podría ser difícil de probar para la FTC que la Big Tech tiene un monopolio, sobre todo ante el creciente ascenso de relativamente nuevas plataformas.
Por otro lado, si Meta gana, se consolidaría su posición dominante en el mercado de redes sociales, lo que podría influir en futuras fusiones y adquisiciones en el sector tecnológico.
Este caso no sólo afecta a Meta; los analistas consideran que también podría tener repercusiones en otras grandes tecnológicas como Google, Amazon y Apple, que enfrentan desafíos regulatorios similares.
El juicio antimonopolio en Estados Unidos apenas comienza. El regulador pretende presentar una serie de testigos para probar sus acusaciones. Se espera que el juicio concluya a principios de julio de este año, aunque es muy probable que los recursos legales como posibles apelaciones tomen más tiempo, incluso años.