*Elección de juzgadores generó apatías por todos lados
La ciudadanía rechazó la elección de juzgadores del pasado 1 de junio, a partir de la reforma al Poder Judicial, que más que generar participación, generó apatías por todos lados.
La gente está absolutamente decepcionada de este sistema, porque el proceso electoral que se vivió en todo el país, con trabajo alcanzó a uno de cada 10 mexicanos, y de esos el 20 por ciento anuló su voto de forma premeditada, por no entender el proceso o por mandarle saludos al presidente del Senado.
De cualquier manera determinaron no avalar ese ejercicio, y yo creo que eso también desincentivó la participación en Durango y Veracruz, ante una ciudadanía que, más confundida que con certezas, decidió no acudir a la elección del Poder Judicial.
Buscar celebrar una pifia es un error tan grave como el que sucedió, es no querer entender que la ciudadanía rechazó absolutamente este proceso.
Ese dato presidencial ni siquiera es aritméticamente cierto. Yo creo que están con un golpe que les ha impuesto la ciudadanía. Más bien habría que decirle a la presidenta que revise bien sus números, porque en esta elección ni siquiera participó la gente que participó en la revocación de mandato de su antecesor, ni siquiera participó la mitad de personas que la eligieron para la Presidencia de la República.
No se debe celebrar la baja participación en la elección de Veracruz y Durango del pasado 1 de junio, ya que fue también a consecuencia del desincentivo que se ocasionó a partir de dicha reforma.
Hacemos un llamado a las autoridades electorales a actuar bajo los principios de legalidad e imparcialidad, y al oficialismo a serenarse, a fin de que se respeten los resultados de los procesos electorales en Veracruz y Durango.
Hay que esperar a que concluya este proceso. Nosotros hacemos un llamado para que los órganos electorales actúen sin ningún tipo de presión. Sabemos que el oficialismo está desesperado queriendo cambiar un resultado que la gente no le dio en las urnas, y llamamos a las autoridades electorales a actuar bajo los principios de legalidad e imparcialidad, y al oficialismo a serenarse.